Las despampanantes pasarelas de Victoria’s Secret, su publicidad, y muy en particular, sus modelos, fueron motivo para que muchas jóvenes sintieran que los cuerpos presentados por la empresa de lencería eran ideales y únicos en estándares de belleza. Muchas jóvenes lucharon por tener esos mismos cuerpos, aunque la realidad es que dependiendo de la complexión, tiempos y estilo de vida, no todas podían lograrlo.
Parecía estar marcado un estándar único de belleza, cuando en la vida real existen decenas de cuerpos distintos que definen a diversas mujeres y no por ello son menos hermosas, esto último es algo que la empresa Dove empezó a promocionar en diversas campañas. Mostró los verdaderos cuerpos de las mujeres: Rellenitas, delgadas, fitness, con alguna estría, jóvenes, con arrugas, entre otras y logró mucha empatía con el mercado femenino.
Por su parte, Victoria’s Secret decidió no cambiar la fórmula de lo que alguna vez fueron sus más grandes éxitos, algo que en esta época -cada vez más incluyente- no se lo perdonó. Las mujeres (sus consumidoras) dejaron de comprar lencería en esa tienda ya que no se sentían identificadas con su publicidad ni con sus ideales. Los focos rojos empezaron a encandilar a la marca, sin embargo, esta tomó la decisión de no hacer nada por lograr la empatía que merecían sus clientas hemos podido ser testigo de un cierre masivo de tiendas al no lograr las ventas necesarias para su manutención.
La Ex-reina de ropa interior femenina nos deja una gran lección: llegar al corazón de tu consumidor se logra conociéndolo a fondo y ofreciéndole lo que de verdad necesita para lograr empatía y fidelidad. Tenemos que aprender de los errores de los demás para evitar cometerlos nosotros. Ahora que ya sabes porqué Victoria Secret va al borde de la quiebra, cuéntanos ¿Si tu fueras dueño de la marca qué hubieras hecho para evitar el cierre de sus tiendas?